La hazaña deportiva del joven prodigio argentino Faustino Oro que, tras su brillante labor en el Torneo de Maestros en Barcelona, acaba de conquistar el título de maestro internacional -el peldaño anterior a la máxima categoría: gran maestro, una especie de cinturón negro en los judocas- con el agregado de la plusmarca, el que a más temprana edad en el historial de este juego milenario consiguió alcanzarla, con 10 años, 8 meses y 16 días; aún es un tema de debate entre expertos y aficionados; el asombro es generalizado.
Es que existe un detalle no menor a la hora del primer análisis: el pequeño aprendió a jugar al ajedrez hace sólo 49 meses, el 30 de mayo de 2020, en plena época de confinamiento a causa de la pandemia del COVID-19. ¿Es posible descifrar todos los secretos de un juego milenario en tan poco tiempo? ¿O estamos en presencia de un genio?
“Fausti es un niño despierto; no es un superdotado ni se destaca en todo. Por ejemplo, le cuesta aprender inglés. Simplemente, tiene una habilidad prodigiosa para el ajedrez”, aclaró Alejandro Oro, el papá de Faustino y el responsable de pulir los primeros rudimentos del juego, en aquellas tardes de encierro en el departamento del barrio porteño de San Cristóbal hace ya cuatro años.
Sin embargo, los expertos tienen otra visión sobre las jugadas, celadas y el razonamiento que el simpático simpatizante futbolero del Club Vélez Sársfield suele ejecutar frente al cuadriculado tablero. “Yo lo veo como una especie de Kasparov en miniatura”, le contó a Infobae el ingeniero y ex campeón mundial juvenil de ajedrez, Oscar Panno. Y agregó: “Este chico al igual que Garry sabe lo que hay que hacer en cada momento. Se nota que posee un fuerte estilo táctico, pero está siempre bien orientado y lo mejor es que sabe adaptarse a lo que pide el juego”.
En tanto, el ex campeón mundial y megaestrella de este juego, el azerbaiyano Garry Kasparov, tras conocerse el logro del pequeño Faustino lanzó un tuit desde su cuenta en X, @Kasparov63, mientras presenciaba un torneo de ajedrez en Rumania. Simplemente escribió: “Chessi; cada vez más jóvenes. La expresión “chessi” acaso, como una fusión de ajedrez (chess) y Messi (como bautizó la prensa española al prodigio argentino desde su llegada a Barcelona).
El médico pediatra y gran maestro de ajedrez, Diego Valerga también habló con Infobae. “Su juego tiene muchas virtudes; un amplio repertorio de aperturas y sabe jugar todo tipo de posiciones. Tanto la teoría como la técnica es lo que mejor hace, y lo más sorprendente es que a esta edad pareciera que ya lo entiende todo. Su juego táctico es el de un superdotado, pero su gran talento es la comprensión de la estrategia. Entiende los planes y es aún más asombroso que conoce las posiciones, aunque no las haya jugado (risas). Tal vez su mayor defecto sea la inexperiencia; le falta jugar aún muchas más partidas decisivas”.
“Aunque se nota que hay un gran trabajo de fondo en su preparación, para mí Faustino es un genio; un genio de verdad. Porque no se explica cómo en tan poco tiempo y espacio él pudo adquirir tanto conocimiento. Salvando las distancias, para mí es similar a Magnus Carlsen. Sabe cuál es la jugada que pide la posición y ejecuta todo con asombrosa precisión”, le dijo a Infobae, Diego Flores, de los mejores representantes que tiene el país, y ganador de siete campeonatos argentinos, uno menos que el máximo ganador, Miguel Najdorf.
Se sabe que las comparaciones no son buenas consejeras; cada uno carga con sus propios valores. Sin embargo, los expertos son los que señalan que el niño Faustino Oro transita tras los pasos de dos de los mejores ajedrecistas de la historia: Garry Kasparov y Magnus Carlsen. ¿Cuáles fueron sus grandes hitos? El ogro de Bakú tenía 16 años cuando logró el título de maestro internacional (en 1979), 17, el de gran maestro (1980) y a los 22 años, 6 meses y 27 días se consagró en el campeón mundial más joven del historial del ajedrez (1985).
En tanto, el noruego, a los 13 años conquistó el título de maestro internacional (en 2003), con 14 se consagró gran maestro (en 2004) y logró el título mundial a los 22 años, 11 meses y 27 días (2013), el segundo más joven.
Fausti -como lo llaman sus familiares y amigos- el próximo 14 de octubre cumplirá 11 años. Desde hace dos meses, un grupo de mecenas aporta la ayuda económica necesaria para que el niño pueda participar en diferentes competencias sin que el costo de los pasajes, alojamiento y el armado de una estructura de profesores detengan su avance.
“El mecenazgo llegó justo a la carrera de Fausti, sin ese apoyo él no hubiera viajado a Colombia, ni hubiera tenido el roce con fuertes jugadores como sucedió en los últimos meses” le dijo a Infobae, Jorge Rosito, su primer entrenador.
El proyecto bautizado “Rumbo a la élite mundial del ajedrez” por la Federación Argentina de Ajedrez (FADA) y coordinado por el gran maestro uruguayo Andrés Rodríguez, reúne a cinco profesores; algunos de ellos ya venían trabajando con Faustino (Leandro Perdomo, Mario Villanueva y Jorge Rosito) y otros se sumaron (Jorge Cori Tello y Tomás Sosa). Ellos tampoco dejan de sorprenderse con “el Pibe de Oro”.
“Lo que más me sorprende es su madurez por la edad y la facilidad de aprendizaje, en especial su rápido razonamiento, memoria y creatividad”, contó el maestro Leandro Perdomo. ¿Cómo jugaba a la edad de Faustino? “A los 10 años sólo sabía lo básico del juego”.
“A mí me sorprende su hábito de trabajo; lo hace como un profesional. En plena competencia se levanta a las 8 para repasar cada una de las líneas que estudiamos la noche anterior. Puede estar una hora y media haciéndolo solo. Luego se va a la competencia, juega y esa misma noche quiere preparar la partida que jugará al día siguiente. Lo hace y a las 8 vuelve a levantarse para seguir su rutina. Es tremendo, sólo tiene 10 años. No sólo es su enorme talento, sino que además posee una alta confianza. Le muestro una posición y le consulto ‘te sentis cómodo’ y con esa sonrisa constante que tiene, me mira desde sus grandes anteojos y me dice ‘esta posición no la pierdo ni con Carlsen (risas)’. A su edad yo era campeón marplatense (más risas)”, recordó Jorge Rosito.
“Ya te dije que lo de Fausti para mí es sobrenatural; nunca vi nada similar. A mí y a muchos nos llevó años lo que él pudo proyectar en dos meses. El ajedrez no es una carrera de 100 metros libres, se parece más bien a un maratón. Lo mejor es disfrutarlo, que siga consiguiendo objetivos y verlo feliz, porque nos hace felices a todos”, contó Mario Villanueva.
“Es sorprendente su naturalidad, juega como lo hace Messi al fútbol, y tiene la seguridad de Carlsen para encontrar la mejor jugada. Tal vez estemos hablando del mayor talento de la historia del ajedrez, a su edad no hay ni hubo nadie para compararlo. ¿Yo a los 10? Tenía 2000 puntos de Elo, detrás de Alan (Pichot) que era el mejor. ¡Faustino tiene 2400!”, dijo el maestro argentino Tomás Sosa, desde Barcelona.
También, el actual campeón argentino Fernando Peralta, se refirió a las condiciones de Faustino: “Creo que su mayor virtud es su capacidad rápida de aprendizaje y la versatilidad de su estilo que le permite adaptarse a todo tipo de posiciones en el juego. Llamativamente conoce muy bien la teoría, y es extraño porque eso demanda mucho tiempo, pero él ya la adoptó. Además, es muy fuerte en táctica y cálculos, lo que le permite ser un buen jugador de ataque, por eso valora mucho llevar la iniciativa de cada partida”.
Seguramente que, tras el descanso necesario y merecido tras su labor en el torneo consagratorio de Barcelona, el pequeño Faustino Oro, que recién en septiembre reiniciará su ciclo escolar, cursando 6° grado en una escuela pública de Badalona, volverá a plantearse nuevos objetivos en su electrizante carrera ajedrecística: la conquista del título de gran maestro, la próxima asignatura.
Curiosamente, el niño norteamericano de padres indios, Abhimanyu Mishra, al que le batió la plusmarca en precocidad con la obtención del título de maestro internacional, es el mismo que posee, desde 2021, el récord de la conquista del título de gran maestro a más temprana edad: a los 12 años, 4 meses y 25 días. La cuenta regresiva tiene límite en marzo de 2026. Mucho tiempo; acaso, una eternidad para Faustino Oro, un chico que transita los tableros a pasos vertiginosos y cada vez más sorprendentes. Un niño récord.