Nicolás Gil Pereg (42), el autor del doble crimen de su madre Pyrhia Saroussy (63) y su tía Lily Pereg (54) en enero del 2019 en Guaymallén, murió la noche de este domingo en el Hospital El Sauce. La información a la que accedió El Sol sostiene que la muerte se confirmó pasadas las 22.
El llamado «hombre gato», condenado a prisión perpetua en juicio por jurado con repercusión nacional, sufrió una «descompensación» por causas que son motivo de investigación y no pudieron salvarle la vida. Fuentes policiales y judiciales detallaron que le practicaron ejercicios de reanimación cardiopulmonar durante varios minutos en una celda pero jamás reaccionó y se confirmó la muerte.
Por decisión de la Justicia, Gil Pereg se encontraba desde hace tiempo alojado en el pabellón para pacientes psiquiátricos del citado hospital guaymallino. El año pasado trascendió que había sido atendido por un odontólogo, y que todos los movimientos se desarrollaban bajo un estricto protocolo de seguridad penitenciaria.
Luego de confirmado el deceso, notificaron a la fiscalía de Homicidios de turno, a cargo de Andrea Lazo (subroga a su par Carlos Torres), y ordenaron que el cadáver sea derivado al Cuerpo Médico Forense para la correspondiente necropsia, estudio que será concluyente para conocer qué fue lo que sufrió.
El doble crimen que conmocionó al país
El viernes 11 de enero del 2019, las hermanas israelíes Pyrhia Saroussy y Lily Pereg llegaron a Mendoza para visitar al hijo de la mayor de ellas. Ambas acostumbraban a viajar juntas a lugares turísticos y decidieron pasar algunos días en la provincia en familia.
Alquilaron un departamento en el microcentro de Ciudad y el sábado 12, Gil Pereg fue a buscarlas para luego ir a su casa. Después de ese día, las hermanas no volvieron a ser vistas con vida. El hombre se encargó de radicar la denuncia por el paradero de sus parientes, pero con el pasar de los días, se convirtió en el principal sospechoso.
Durante dos semanas, las mujeres fueron buscadas sin descanso y se manejaron varias hipótesis, pero los pesquisas policiales y judiciales siempre tuvieron en la mira a Gil Pereg, quien se comportaba de manera extraña y poco colaborativa.
La investigación del caso, liderada por la fiscal de Homicidios Claudia Alejandra Ríos, se destrabó cuando los canes de la Escuela de Adiestramiento Canino Mendoza (Escam) localizaron rastros hemáticos en el predio en el que vivía Pereg, sobre una remera y en una bolsa de cemento.
Las manchas de sangre fueron cotejadas con muestras de ADN obtenidas del departamento donde se hospedaban las mujeres y se confirmó que pertenecían a ellas. Gil Pereg fue detenido el viernes 25 de enero y, al día siguiente, fue imputado por la fiscal Ríos.
Horas más tarde, los cadáveres de las víctimas fueron hallados en un sector en construcción de la casa del acusado. Los cuerpos habían sido enterrados y tapados con madera, piedras y tierra, a unos dos metros de profundidad. En el mismo lugar estaban los pasaportes y otras pertenencias.
La necropsia arrojó que Pyrhia fue ultimada mediante asfixia con un lazo y a Lily la mataron de tres disparos de arma de fuego.
En noviembre del 2021, Gil Pereg fue condenado a la pena máxima, prisión perpetua, luego de que un jurado popular lo encontrara culpable. El proceso se caracterizó porque el hombre buscó hacer creer a las partes que no comprendía la criminalidad de sus actos e imitaba los maullidos un gato durante las audiencias, acciones que motivaron ser retirado de la sala en más de una oportunidad.
Fuente: El Sol