El cuerpo de Honoria Jorge fue hallado el domingo por la tarde en las cercanías del club de pesca en Tunuyán. La Fiscalía confirmó su identidad por la noche y notificó a la familia. Según las autoridades, el área donde se encontró el cuerpo había sido rastrillada al menos en tres ocasiones. La mujer, de 87 años, había desaparecido el 6 de mayo y permaneció sin rastro durante casi 90 días.
Yanina Coria, nieta de Honoria, declaró a Diario UNO: «Está confirmado. Anoche nos lo informó la fiscal de turno. Nos reuniremos con la Fiscalía al mediodía para recibir más detalles». Tras el descubrimiento del cuerpo en la zona del lago, Yanina mencionó que estaba en avanzado estado de descomposición, pero que la ropa coincidía con la que llevaba su abuela.
Horas más tarde, los investigadores confirmaron oficialmente la identidad del cuerpo y notificaron a la familia que se trataba de Honoria Jorge.
La última vez que se tuvo noticias de la mujer fue el lunes 6 de mayo, alrededor del mediodía, cuando salió de su casa en la calle Fuerte San Carlos al 361, en Tunuyán. Algunos vecinos afirmaron haberla visto en ese momento, aunque nadie pudo precisar hacia dónde se dirigía. En las declaraciones ante la Fiscalía, hubo testimonios contradictorios; algunos la vieron sola y otros en compañía de otra mujer. Al preguntar a la familia si conocían a alguien que coincidiera con esa descripción, estos aseguraron no reconocer a nadie.
Yanina había expresado durante la búsqueda que su abuela no podría haberse alejado demasiado, ya que el último rastro conocido estaba a solo 200 metros de su hogar. «Ella tomaba medicación para la depresión y manifestaba en varias ocasiones no querer vivir más», explicó Yanina. «Creemos que, injustamente, se fue por esa razón».
La última vez que se tuvo noticias de la mujer fue el lunes 6 de mayo, alrededor del mediodía, cuando salió de su casa en la calle Fuerte San Carlos al 361, en Tunuyán. Algunos vecinos afirmaron haberla visto en ese momento, aunque nadie pudo precisar hacia dónde se dirigía. En las declaraciones ante la Fiscalía, hubo testimonios contradictorios; algunos la vieron sola y otros en compañía de otra mujer. Al preguntar a la familia si conocían a alguien que coincidiera con esa descripción, estos aseguraron no reconocer a nadie.
Yanina había expresado durante la búsqueda que su abuela no podría haberse alejado demasiado, ya que el último rastro conocido estaba a solo 200 metros de su hogar. «Ella tomaba medicación para la depresión y manifestaba en varias ocasiones no querer vivir más», explicó Yanina. «Creemos que, injustamente, se fue por esa razón».
Fuente: Diario Jornada