Ucrania anunció este domingo la destrucción de un segundo puente estratégico en la región rusa de Kursk, donde sus tropas iniciaron una ofensiva hace 12 días. En tanto, el Kremlin reiteró que está “repeliendo” los ataques tras el envío de refuerzos y afirmó que causó bajas significativas a su enemigo. Además, dijo que prosigue su avance en dirección al nudo logístico de Pokrovsk, en el este de Ucrania.
En los últimos días, el ejército ucraniano consolidó sus posiciones en Kursk y avanzó en forma progresiva, “exactamente como lo planeamos” aseguró el presidente Volodimir Zelenski.
El 6 de agosto el ejército ucraniano atacó esa región fronteriza y tomó el control, según Kiev, de 82 localidades y 1150 kilómetros cuadrados de territorio. La incursión sorprendió a Moscú y trasladó, por primera vez de manera masiva y prolongada, los enfrentamientos bélicos al territorio ruso.
Ucrania busca presionar una salida negociada
Las autoridades ucranianas afirman que el objetivo de la ofensiva no es “ocupar” parte del territorio ruso, sino presionar al ejército enemigo y forzar a Moscú a entablar negociaciones “justas”, mientras Rusia ocupa aún cerca del 20% de Ucrania.
El comandante de la fuerza aérea, Mikola Oleschuk, celebró la destrucción de un segundo puente importante para el ejército ruso, dos días después de una reivindicación similar.
“La fuerza aérea sigue privando al enemigo de capacidades logísticas gracias a ataques aéreos de precisión”, declaró.
Según trascendió, se trataría de un puente sobre el río Seim, a unos 15 km al norte de la frontera.
Blogueros militares rusos, que siguen los combates en tiempo real, compartieron fotos fechadas el sábado que parecen mostrar el puente dañado, y estimaron que estas destrucciones limitarían las posibilidades de maniobra de las fuerzas rusas en la zona.
Las hostilidades ya obligaron a decenas de miles de personas a evacuar ambos lados de la frontera. Al menos diez civiles murieron, según las autoridades rusas.
Paralelamente, Ucrania sigue tratando de interrumpir el suministro a las fuerzas de Moscú en territorio ruso, en represalia por los ataques diarios contra su propio territorio desde febrero de 2022. En la noche del sábado atacó con drones un depósito de petróleo en la región de Rostov, en el sur de Rusia.
Siguen los combates en el Dombás
Aunque la ofensiva ucraniana prosigue en la región de Kursk, la mayoría de los combates se registran en la región de Dombás, donde las tropas rusas tienen la ventaja, frente a unas fuerzas numéricamente inferiores.
El domingo Rusia reivindicó la toma de control de una nueva localidad, Sviridonivka, a unos 15 km de la ciudad de Pokrovsk, importante nudo logístico para el ejército ucraniano. Esta ciudad, de 61.000 habitantes antes de la invasión rusa, se encuentra en una ruta clave hacia las fortalezas ucranianas de Chasiv Yar y Kostiantinivka, que Moscú aspira controlar.
(Con AFP)