Atlético Tucumán se presentó en el Gigante de Arroyito con la esperanza de escalar a la cima de la Liga Profesional y arrebatarle la punta a Vélez y Huracán. Sin embargo, Rosario Central presentó batalla y afrontó el compromiso de la fecha 12 con todo el material que tenía a su disposición. A pesar de la reciente eliminación de la Copa Sudamericana en los octavos de final frente a Fortaleza de Brasil, el Canalla mostró buenos signos con la ofensiva compuesta por Jaminton Campaz, Ignacio Malcorra y Enzo Copetti. Incluso algunas acciones que el colombiano no resolvió de manera adecuada podrían haberle servido el gol al ex delantero de Racing.
La buena pegada de Mauricio Martínez fue otro recurso para inquietar a Tomás Durso, aunque el destino del pleito hubiera cambiado si las autoridades hubieses sancionado un penal a favor del Decano por una clara mano de Jonathan Gómez dentro del área. El volante con pasado en la Academia y Argentinos no sólo que se arrojó hacia la pelota con su brazo extendido, sino que además estaba tomando de la camiseta a su rival, pero Fernando Espinoza y Mauro Vigliano (encargado del VAR) optaron por ignorar la infracción. Los reclamos de Facundo Sava no fueron escuchados por las autoridades y los protagonistas se fueron al descanso con el marcador en blanco.
En el complemento, los del norte tuvieron la chance más clara con una gran intervención de Mateo Bajamich, quien habilitó a Franco Nicola para que el uruguayo quede mano a manto frente a Fatura Broun. Y sólo por la extraordinaria reacción del arquero (y la ayuda del palo), Atlético Tucumán no celebró la ventaja. Una escena que convirtió en héroe al capitán rosarino.
En contrapartida, sobre el final, un centro de Emanuel Coronel encontró a Juan Giménez, quien después de una serie de rebotes resolvió con un toque rasante que fue imposible para Durso. Una conquista para que el combinado de Matias Lequi se quede con los tres puntos y vuelva a festejar en casa.