Las ojeras, esas sombras oscuras bajo los ojos, suelen asociarse comúnmente con la falta de descanso o la fatiga. En personas con piel blanca, las ojeras pueden verse de color azul o púrpura, mientras que en personas con un tono de piel más oscura pueden tener círculos de color marrón oscuro o negro. Es posible que las ojeras estén acompañadas por inflamación ocular, aunque una cosa puede estar presente sin la otra.
Según la dermatóloga española Dra. Clara Muñoz, “Las ojeras pueden ser un indicativo de problemas subyacentes que afectan tanto la piel como el sistema circulatorio, y no necesariamente están relacionadas con dormir poco”.
Causas principales de las ojeras más allá del descanso
- Factores genéticos: La genética es una de las principales causas de las ojeras. Las personas con piel más delgada o con predisposición a la hiperpigmentación suelen ser más propensas a desarrollar ojeras. En estos casos, las ojeras pueden aparecer desde una edad temprana y no están directamente relacionadas con el estilo de vida. La experta explica que “la herencia genética puede determinar el grosor de la piel y la cantidad de melanina que producimos, lo que puede acentuar la apariencia de las ojeras”.
- Problemas circulatorios: Las ojeras pueden aparecer debido a una mala circulación sanguínea en la zona periorbital (alrededor de los ojos). Cuando la circulación es deficiente, la sangre se acumula y provoca que los vasos sanguíneos se vuelvan más visibles bajo la piel delgada de los párpados inferiores, lo que resulta en un tono oscuro. Según la Dra. Patricia Gómez, dermatóloga mexicana, “la retención de líquidos o problemas en el sistema circulatorio pueden hacer que las ojeras se vean más prominentes, sobre todo en las mañanas”.
- Deshidratación y malos hábitos alimenticios: La falta de hidratación puede hacer que la piel alrededor de los ojos se vuelva más fina y dé lugar a ojeras más notables. Además, una dieta deficiente en nutrientes esenciales como vitaminas C y K puede afectar negativamente a la piel y causar ojeras. El nutricionista chileno Dr. Roberto Vargas menciona que “una mala alimentación que carece de antioxidantes y vitaminas esenciales puede causar inflamación y empeorar la apariencia de las ojeras”.
- Desequilibrios hormonales: Los cambios hormonales, especialmente en mujeres, pueden provocar ojeras debido a una mayor retención de líquidos o cambios en la pigmentación de la piel. Esto suele ser más notorio durante el embarazo, la menstruación o la menopausia.
Tratamientos para reducir las ojeras
Una vez identificadas las causas, es posible buscar soluciones efectivas. Aunque algunos tratamientos pueden ser temporales, ayudan a reducir significativamente la apariencia de las ojeras.
- Tratamientos tópicos: Cremas con ingredientes como retinol, vitamina C, ácido hialurónico y péptidos pueden mejorar la calidad de la piel y reducir la pigmentación oscura. El Dr. Martín Ramos, dermatólogo colombiano, aconseja usar cremas con “retinol y vitamina C, ya que estimulan la producción de colágeno y reducen la pigmentación oscura”.
- Masajes faciales y compresas frías: Estos métodos ayudan a mejorar la circulación y reducir la retención de líquidos en la zona ocular. La aplicación de rodajas de pepino o bolsas de té frío también puede desinflamar la piel y mejorar el flujo sanguíneo.
- Tratamientos estéticos: Procedimientos como el láser, los peelings químicos y los rellenos de ácido hialurónico son opciones más avanzadas para tratar ojeras persistentes. La Dra. Carolina Pérez, dermatóloga española, señala que “el relleno con ácido hialurónico puede ser una solución efectiva para personas con ojeras hundidas, al restaurar volumen y mejorar el aspecto de la piel”.
- Cambios en el estilo de vida: Aumentar la ingesta de agua, mejorar la dieta, dormir adecuadamente y evitar el tabaco y el alcohol pueden tener un gran impacto en la reducción de las ojeras a largo plazo.
Las ojeras no son solo un signo de cansancio; múltiples factores pueden contribuir a su aparición, incluidos la genética, problemas circulatorios y desequilibrios hormonales. Consultar a un dermatólogo o especialista puede ser esencial para determinar la causa subyacente y encontrar el tratamiento adecuado. Ya sea mediante tratamientos tópicos, estéticos o cambios en el estilo de vida, es posible reducir significativamente su apariencia y mejorar la salud de la piel.
Fuente: TN