A mediados de 2002, Elizabeth Smart tenía 14 años y estaba a pocos días de graduarse de la secundaria de Salt Lake City, en Estados Unidos, donde vivía junto a su familia. Una noche, se fue a dormir como cualquier otra, sin saber que su vida estaba a punto de cambiar para siempre.
En la madrugada del 5 de junio, la joven fue amenazada con un cuchillo por un hombre que le resultó familiar. “No hagas ruido. Salí de la cama y vení conmigo o voy a matar a toda tu familia”, le dijo. Ella lo siguió obediente, mientras su hermana de 9 años observaba la escena sin poder intervenir. El agresor de pelo largo la hizo caminar varios kilómetros hasta un camping en donde la esperaba una misteriosa mujer.
El secuestrador se trataba de Brian David Mitchell, un albañil que había sido contratado por la familia Smart para que haga arreglos en la casa, quien actuó en complicidad con su esposa, Wanda Barzee. Juntos llevaron a cabo los actos más macabros contra la joven Elizabeth: la encadenaron a un árbol para violarla repetidas veces, no le daban de comer y la obligaban a beber alcohol y a mirar pornografía.
Todo cambió nueve meses después, cuando la adolescente fue vista junto a sus captores por un testigo que la reconoció y avisó a la Policía.
El ritual del horror
Elizabeth Ann Smart-Gilmour nació el 3 de noviembre de 1987 en Salt Lake City, capital de Utah, y fue criada en el seno de una familia religiosa. Al momento de su secuestro, ella tenía 14 años y compartía la habitación con su hermana menor, Mary Katherine. Ambas se despertaron cuando Brian David Mitchell, un hombre de pelo largo y barba robusta, que había trabajado como albañil en su casa, irrumpió en su cuarto en el medio de la noche.
Mitchell tomó a Elizabeth por el brazo, la amenazó con un cuchillo y le advirtió que si no obedecía, él iba a matar a toda su familia. Durante horas, su hermana de nueve años se quedó inmóvil, hasta que logró levantarse y alertar a sus padres sobre lo sucedido.
La nena de 14 años fue obligada a caminar por varios kilómetros hasta llegar a un camping en una zona alejada. En el lugar, los esperó Wanda Barzee, la esposa de su secuestrador, quien fue su cómplice en la planificación del crimen. Ambos le dijeron que habían tenido una “revelación” en donde Dios les había dicho que Elizabeth tenía que casarse con Mitchell. La ceremonia se llevó a cabo allí mismo en un ritual religioso organizado por la mujer.
A partir de ese momento, ambos mantuvieron cautiva a la chica en una casa de campo y la torturaron de diferentes formas: la dejaban sin comer durante días, la obligaban a tomar alcohol en exceso y a mirar pornografía.
Sin embargo, lo peor fue cuando la joven era atada a un árbol para que su captor abusara sexualmente de ella las veces que creía necesario para “tener sus revelaciones”. Incluso, Wanda alentaba estas prácticas. “No solo se sentó al lado mío mientras estaba siendo violada, también animó a su marido a que continuara abusándome”, expresó la víctima en declaraciones posteriores.
Una foto reveladora
Durante meses, la Policía de Salt Lake City se sumergió en la búsqueda del paradero de Elizabeth Smart. Para este momento, el caso había ganado relevancia en los medios y la foto de la chica de 14 años aparecía en todos lados.
El 24 de julio de ese mismo año, otro hecho alertó a los investigadores. Esa noche, alguien había intentado secuestrar a la prima de Smart, pero sin éxito, ya que su hermana se dio cuenta a tiempo y pudo alertar a sus padres. Más tarde, se sabría que el autor del intento de rapto fue Mitchell, puesto que buscaba una nueva “esposa” para sumar a su clan.
Sin embargo, no fue hasta el 12 de octubre que se dio un suceso clave. Ese día, mientras Mary Katherine -la hermana de Elizabeth- leía un libro de récords Guinness, vio una foto que le hizo recordar al secuestrador de su hermana. Se trataba de una imagen en la que figuraba una persona muy parecida a Brian David Mitchell, el hombre que había arreglado su casa unos meses antes.
De esta manera, la menor le describió a la Policía los detalles físicos del sospechoso y se realizó un identikit. Tras una investigación, en febrero de 2003, la familia Smart difundió la imagen y comenzaron a surgir las primeras pistas.
El 12 de marzo de 2003, luego de un dato clave que proporcionó un vecino de Salt Lake City, la Policía rescató a Elizabeth en una calle ubicada a 29 kilómetros de su hogar. Por su parte, Mitchell y Barzee fueron detenidos y acusados de abuso sexual y secuestro.
Luego de un extenso juicio, en diciembre de 2010, Mitchell fue declarado culpable de secuestro de un menor y fue sentenciado a cadena perpetua, mientras que su mujer fue condenada a 15 años en una prisión federal.
Años después, Elizabeth Smart se convirtió en una activista por los derechos de los niños y participa de varios programas televisivos en Estados Unidos.
En 2018, cuando a Barzee se le concedió la libertad condicional, la joven sobreviviente expresó en su cuenta de Instagram: “Que todos permanezcamos atentos para proteger a nuestras familias, amigos y comunidad de cualquiera que busque lastimarnos o aprovecharse. Realmente creo que la vida está destinada a ser feliz y hermosa, y sin importar lo que suceda, ese seguirá siendo mi objetivo para mí y para mi familia”.