El presidente Javier Milei hizo su debut ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) con un discurso contra la «Agenda 2030». Se trató del primer pronunciamiento que brindó ante ese foro desde que asumió el cargo, el cual tuvo lugar en la sede de la ONU en Nueva York (Estados Unidos).
En su presentación, el mandatario sostuvo que «no es político», sino un «economista liberal libertario». Al respecto, afirmó que «jamás tuvo la ambición de hacer política» y que fue «honrado con el cargo de presidente frente al fracaso estrepitoso de más de un siglo de políticas colectivistas que destruyeron nuestro país».
Sumado a esto, advirtió que su objetivo es «decirle al mundo lo que va a ocurrir» si las Naciones Unidas «continúan promoviendo las políticas colectivistas de la Agenda 2030«.
En otro pasaje de su exposición, si bien elogió a la ONU por el «éxito destacable» conseguido con sus principios fundacionales, acusó al organismo de «dejar de velar» por dichos principios y «comenzar a mutar». En ese sentido, sostuvo que en la actualidad está integrado por «burócratas internacionales» que, en lugar de «perseguir la paz», buscan «imponer una agenda ideológica a sus miembros».
«Se transformó en un Leviatán de múltiples tentáculos que pretende decidir no solo qué debe hacer cada Estado Nación, sino también cómo deben vivir todos los ciudadanos del mundo. Así es como pasamos de una organización que perseguía la paz, a una organización que le impone una agenda ideológica a sus miembros sobre un sinfín de temas«, expresó el mandatario, quien lamentó «la profundización del rumbo trágico que la institución ha adoptado».
Las críticas a la Agenda 2030 y a algunos Estados miembros
«La Agenda 2030, aunque bienintencionada en sus metas, no es otra cosa que un programa de gobierno supranacional de corte socialista, que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los Estado Nación y violentan el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad de las personas. Es una agenda que pretende solucionar la pobreza, la desigualdad y la discriminación con legislación que lo único que hace es profundizarla», sostuvo el presidente, marcando así la postura nacional sobre esa política.
Sumado a esto, afirmó que lo que «tergiversó el rol» de la institución y «la puso en una senda equivocada» fueron dicha agenda, que «obedece a intereses privilegiados», y el «abandono de los principios esbozados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de Naciones Unidas».
«Así, hemos visto cómo una organización que nació para defender los derechos del hombre, ha sido una de las principales propulsoras de la violación sistemática de la libertad«, añadió, tomando como ejemplo la implementación de la cuarentena en el marco de la pandemia de Covid-19, lo cual opinó que debería ser considerado un «delito de lesa humanidad».
También reprochó el ingreso de «dictaduras sangrientas como las de Cuba y Venezuela» al Consejo de Derechos Humanos, así como la participación de «países que castigan a sus mujeres por mostrar la piel» en el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer. Además, criticó que «sistemáticamente se ha votado en contra del Estado de Israel, el único país de Medio Oriente que defiende la democracia liberal».
Acto seguido, volvió a cargar contra las políticas de la ONU, sosteniendo que el «colectivismo y el postureo moral de la agenda woke se han chocado con la realidad y ya no tiene soluciones creíbles para los problemas del mundo, y de hecho nunca las tuvieron». Por ese motivo, indicó que esa organización perdió «credibilidad ante los ciudadanos del mundo libre».
La agenda local: Malvinas y el posicionamiento sobre la Agenda 2030
En cuanto a la agenda local, hizo una breve mención a la disputa por la soberanía en las Islas Malvinas: «La ONU tampoco cumplió satisfactoriamente su misión de defender la soberanía territorial de sus integrantes, como sabemos los argentinos de primera mano en la relación con las Islas Malvinas». Sin embargo, no denunció la falta de colaboración de Irán, otro país miembro, para juzgar a los responsables del atentado a la AMIA.
Asimismo, adelantó «la doctrina de la nueva Argentina», la cual definió como «la verdadera esencia de la ONU». Al respecto, explicó que «todos los pueblos deben vivir libres de la tiranía y la opresión, ya sea que tome forma de opresión política, de esclavitud económica o de fanatismo religioso», ya que «en estos tiempos lo que sucede en un país impacta rápidamente en otros».
De esa manera, insistió en que «esa idea fundamental tiene que ser apoyada en los hechos: diplomáticamente, económicamente y materialmente, a través de la fuerza conjunta de todos los países que defendemos la libertad». Por ese motivo, aseguró que el país no acompañará «ninguna política que implique la restricción de las libertades individuales, del comercio ni la violación de los derechos naturales de los individuos. No importa quién la promueva ni cuánto consenso tenga esa institución«.
Al cierre de su discurso, volvió a cuestionar a la Agenda 2030 y propuso en su lugar la creación de una «Agenda de la Libertad». «Invitamos a todas las naciones del mundo en la creación de una nueva agenda para esta noble institución: la Agenda de la Libertad«, concluyó.
En la previa a la exposición, fuentes de Presidencia destacaron que, si bien la ONU impulsa el Pacto del Futuro, Argentina «se disoció de este acuerdo por afectar las libertades individuales». «Nuestro país necesita libertad para salir adelante, en lugar de someterse al peso opresor de decisiones extranjeras», indicó el vocero presidencial, Manuel Adorni.
Al respecto, adelantaron que Milei haría públicos sus cuestionamientos al socialismo, la pelea contra el cambio climático y las políticas de género. Según fuentes del gobierno, el discurso iba a ser similar al que pronunció a principios de año en el Foro de Davos y se centraría en los cuestionamientos a la Agenda 2030.
También dedicaría un tramo de su exposición a cuestionar el «alineamiento» de la ONU con la República Popular China, gobernada por el Partido Comunista Chino. «El Presidente está más alineado con los valores occidentales», admitió una fuente del entorno con injerencia en los discursos del mandatario.
En la Casa Rosada consideran que la ONU «trabaja bajo el servicio de China». A pesar de la proximidad geográfica, en la administración libertaria aseguran que el mandatario evitará pronunciarse sobre las elecciones de Estados Unidos.
Con el 5 de noviembre como horizonte para la contienda electoral, y pese a su cercanía ideológica con el candidato republicano, Donald Trump, quien enfrenta a la demócrata Kamala Harris, Milei evitará cualquier gesto político para «no interferir en la campaña».
El Presidente viajó junto al ministro de Economía, Luis Caputo; la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich; la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei; la canciller Diana Mondino y el jefe del Consejo de Asesores, Demian Reidel.