Cuando hacemos ejercicio sin un correcto estiramiento al finalizar, el cuerpo experimenta efectos negativos que pueden afectar el rendimiento físico. El estiramiento es clave para evitar molestias musculares y favorecer una recuperación óptima. Muchos expertos en medicina deportiva recomiendan incluir una rutina de estiramiento para mejorar la flexibilidad y reducir la tensión acumulada. Al hacerlo, se permite que los músculos se relajen, lo cual disminuye la rigidez y el dolor.
Al realizar ejercicio, los músculos se contraen y generan microlesiones, necesarias para el fortalecimiento, pero que requieren de cuidado al terminar. Sin un adecuado estiramiento, estas microlesiones tienden a agruparse, generando tensión, rigidez, y aumentando el riesgo de lesiones. Según la Clínica Mayo, el estiramiento posterior al ejercicio contribuye a mejorar la circulación y a disminuir el ácido láctico que, al acumularse, genera dolor. Además, permite recuperar la elasticidad muscular y favorece la movilidad articular.
Aumento de rigidez y pérdida de flexibilidad
El principal efecto de no estirar es un aumento de la rigidez muscular que afecta la flexibilidad. Durante el ejercicio, los músculos se acortan y endurecen; sin un estiramiento adecuado, esta contracción persiste, provocando molestias a lo largo de los días posteriores. La Universidad de Harvard indica que el estiramiento no solo reduce este efecto, sino que también previene la pérdida de rango de movimiento, un aspecto esencial para mantener una buena movilidad.
Los efectos negativos incluyen:
- Reducción de la movilidad en las articulaciones, lo cual impacta la postura.
- Aumento de la tensión en los músculos, elevando el riesgo de contracturas.
- Molestias recurrentes que dificultan la realización de actividades cotidianas.
Mayor riesgo de lesiones y desgaste muscular
La falta de estiramiento aumenta la probabilidad de sufrir lesiones musculares. Cuando los músculos no se relajan adecuadamente, tienden a permanecer en tensión, lo cual incrementa el riesgo de esguinces o desgarros durante actividades físicas futuras. Además, la tensión prolongada acelera el desgaste de los tejidos, lo que puede derivar en inflamaciones o tendinitis. La Universidad de Stanford sugiere que el estiramiento no solo ayuda a prevenir estos problemas, sino que también promueve una recuperación más rápida al mejorar el flujo sanguíneo hacia las áreas ejercitadas.
Estirar después de cada sesión de ejercicio aporta beneficios como:
- Menor riesgo de lesiones durante la actividad física y en la vida diaria.
- Mejor circulación en los músculos y articulaciones, lo cual acelera la recuperación.
- Reducción del dolor y las molestias pos-ejercicio, favoreciendo un mayor bienestar.
Cómo crear una rutina de estiramiento eficaz
Para prevenir estos problemas, los especialistas en salud y ejercicio recomiendan realizar una rutina de estiramiento de al menos 5 a 10 minutos. Los estiramientos deben enfocarse en los músculos trabajados y ser sostenidos, es decir, mantener cada posición por 20 a 30 segundos sin rebotar. Además, según el American College of Sports Medicine, es importante que el estiramiento se realice con una respiración profunda y sin forzar el rango de movimiento.
Implementar una rutina de estiramiento efectiva permite:
- Relajar los músculos al finalizar el ejercicio y reducir el estrés muscular.
- Evitar la acumulación de ácido láctico, disminuyendo las molestias.
- Mejorar la flexibilidad a largo plazo, contribuyendo a una mayor salud articular.
Fuente: TN