Tres datos decisivos llegarán para el Gobierno en los próximos días y marcarán la temperatura con la variables clave cierren este primer año del plan económico. Podrían anticipar, también, la velocidad de los próximos pasos del programa, entre ellos la esperada reducción del ritmo de la devaluación mensual del tipo de cambio hacia 1 por ciento.
La seguidilla comenzará este lunes, con el dato la inflación mayorista. El número pasó a tener relevancia desde que el Gobierno aseguró que era uno de lo que tenía en la mira para detectar la velocidad a la que se mueven los bienes -muy influenciados por el tipo de cambio, por el mayor peso de los importados- como factor a considerar para reajustar el esquema cambiario. Octubre, por lo pronto, había mostrado un 1,2% en ese indicador y noviembre arrojaría cerca del 1,6 por ciento.
“El crawling del 2% mensual sobre el dólar oficial y la reducción de la brecha cambiaria moderan los aumentos en el IPIM tanto directamente por efecto sobre los bienes importados como por el resto de los insumos nacionales con componentes importados en sus costos”, explicó LCG.
El IPC de noviembre dejó más cerca la posibilidad de que el Banco Central aplique a principios del año que viene una reducción del crawling peg, es decir, el ritmo de ajuste mensual del dólar oficial, al 1 por ciento. Así lo indicó el miércoles pasado el ministro de Economía, Luis Caputo, a través de su cuenta de X. En el equipo económico señalan que, más allá de que la desinflación y la caída de la brecha cambiaria son una condición necesaria para salir del cepo, aún falta recomponer las reservas del BCRA. El objetivo es liberar el mercado de cambios el año que viene, por lo que aceleran las negociaciones con el FMI y bancos privados para conseguir crédito en dólares.
“La convergencia del tipo de cambio paralelo al tipo de cambio oficial, que estamos viendo en estos días y que no ha ocurrido nunca en la historia de la humanidad, porque siempre el oficial converge donde estaba el paralelo y no al revés. Esto nos acerca cada día un poco más a la salida definitiva del cepo cambiario, una aberración que nunca debería haber ocurrido y que, con nosotros, se va a terminar el año que viene y para siempre. Para ello estamos trabajando en una solución definitiva para el problema de los stocks del Banco Central, que puede darse ya sea a través de un nuevo programa con el Fondo Monetario y/o a través de un acuerdo con inversores privados”, aseguró el Presidente.
Se conocerá también, el miércoles, el resultado de las cuentas fiscales de noviembre, que permitirán saber cuánto margen de superávit primario tendrá el Gobierno antes de que en diciembre -según el propio equipo económico anticipó en su momento- aumente el gasto por el pago de aguinaldos y los cierres de ejecución presupuestaria.
Ajuste más leve
Por lo pronto, datos preliminares indican que el ritmo del ajuste es algo más leve a meses anteriores y que un renglón de las erogaciones clave, como son las jubilaciones y pensiones, comienzan a agregar algo de presión al fisco.
El mes pasado el ritmo del ajuste del gasto en la comparación interanual fue el menos pronunciado desde que comenzó el gobierno de Javier Milei, según remarcó un informe de la consultora Analytica, que hizo un estudio en base a datos de erogaciones devengadas -es decir, pagos comprometidos pero no necesariamente concretados- y que fue de 19% en términos reales. El mes con el ajuste de gasto primario más marcado fue marzo (-39% anual) y el más leve había sido abril, con -22 por ciento.
LCG estimó que noviembre mostrará “un nuevo mes con superávit primario a partir de ingresos creciendo al 160% anual y gastos por debajo del 115%”, indicaron. “Estos incrementos nominales equivalen a ajustes reales tanto de ingresos como de gastos, pero significativamente superiores en el caso de estos últimos. En términos absolutos esperamos un resultado primario en torno a $1,9 billones, equivalente a 0,1% del PBI”, aseguraron y un resultado financiero -al sumar los intereses de deuda- también positivo “aunque menor a partir de la abultada cuenta de intereses”. Se le pagó ese mes al FMI unos USD 750 millones.
Por último, un dato central para el frente de las reservas en el Banco Central: el saldo de la balanza comercial. La misma consultora cree que noviembre tendrá un saldo positivo en torno de los USD 600 millones pero “sensiblemente menor a los USD 1.600 millones mensuales promediados hasta octubre”. Ahí, para algunas consultoras, se enciende la alarma sobre si algún atraso del tipo de cambio puede favorecer la tendencia de menores ingresos de divisas y mayores importaciones.
Fuente: Infobae