Un habitante de Setesdal, sur de Noruega, cavando en el patio de su casa, una construcción que data del 1740, descubrió una antigua tumba vikinga con varios objetos y armas.
Oddbjørn Holum Heiland, quien planeaba ampliar su vivienda, se topó con una piedra oblonga y supuso que se trataría de un lápida pero, rápidamente, se dio cuenta de la importancia de su descubrimiento, dejó de excavar y se puso en contacto con el ayuntamiento del condado.
«No iba a cavar mucho, solo un poco en la pendiente que se encuentra detrás de la casa», narró el sorprendido noruego.
La piedra que cubría la tumba mide unos 50×100 cm. La tumba del arma estaba justo debajo de la piedra, que tal vez había permanecido intacta durante más de mil años. (Foto: Joakim Wintervoll)
Al día siguiente, el arqueólogo de la ciudad Joakim Wintervoll y Jo-Simon Frøshaug Stokke, del Museo de Historia Cultural de Oslo, llegaron para examinar el sitio. Tras confirmar que se trataba de una tumba vikinga, se dispusieron a investigar el increíble hallazgo.
El diseño de la espada desenterrada, de unos 70 centímetros de largo y 5 en su parte más ancha, permitió a los arqueólogos datarla a finales del siglo VIII o principios del siglo IX.
Los especialistas le agradecieron a la familia la interrupción de las excavaciones y se pusieran en contacto con ellos inmediatamente después de descubrir la tumba.
La empuñadura les dice a los arqueólogos que esta espada es de la era vikinga. (Foto: Joakim Wintervoll)
Aparte de la espada y la posible lápida, la tumba contenía una lanza, cuentas de vidrio doradas con oro, una hebilla de cinturón y un broche de bronce con un típico motivo animal vikingo.
El arqueólogo del Museo de Historia Cultural de Oslo, Stokke, señaló que «es raro encontrar tumbas con armas de la época vikinga, sobre todo tan ricas y bien conservadas como ésta».
En la tumba se encontraron cuentas de vidrio doradas con oro, así como una hebilla de cinturón dorada. Y una serie de piezas de metal que pueden o no estar relacionadas con el hallazgo. (Foto: Joakim Wintervoll)
«El ocupante de la tumba pertenecía probablemente a las altas esferas de la sociedad, como demuestra la presencia de una espada y una lanza, así como de joyas», explicó el investigador y agregó que «a los vikingos les gustaba llevar joyas, por lo que no es raro encontrar este tipo de objetos en la tumba de un hombre».
«Es posible que la tumba fuera una simple fosa en el suelo, cubierta por una piedra. También que su ubicación tuviera un significado simbólico, ya que enterrar al difunto cerca de su granja habría reafirmado el derecho de la familia a la tierra», detallaron.
En la tumba también se encontraron dos partes de una lanza. (Foto: Joakim Wintervoll)
El arqueólogo especuló con la posibilidad de que en la época del enterramiento, o incluso antes, «existiera un conjunto de granjas más pequeñas situadas a 100-150 metros de la tumba».
El Museo de Historia Cultural tiene previsto seguir excavando el yacimiento, aunque los arqueólogos no esperan encontrar mucho más.