Ocho años pasaron desde que se emitió una alerta internacional para detener a Franklin Escobar Ayllón, un taxista de 53 años acusado de haber abusado sexualmente de una pasajera que se quedó dormida en su auto cuando circulaban por el barrio porteño de Colegiales. Finalmente, en las últimas horas fue atrapado por la Policía de Bolivia en la ciudad de El Alto.
Se trata de uno de los prófugos más buscados de la historia criminal argentina. Este jueves por la madrugada, personal del área Departamento contra el Crimen Organizado esperará al imputado en el Aeropuerto de Ezeiza, que será alojado en un penal federal.
La búsqueda del acusado fue encomendada a los detectives de la PFA, quienes confirmaron que Escobar Ayllon había huido al Estado Plurinacional de Bolivia, país del que es oriundo.
Los pesquisas lograron intervenir líneas telefónicas de familiares del taxista y tras determinar sus domicilios, allanaron sus viviendas .con resultado negativo- ubicadas en las provincias de Buenos Aires y Jujuy, como así también en el país vecino.
En tanto, con el correr de los meses los agentes establecieron que tanto la madre del fugitivo, como la pareja de ella, enviaron en distintas oportunidades dinero a una mujer que residía en la ciudad de El Alto, y que resultó ser la novia de Escobar Ayllon.
LA HISTORIA DE MANUELA ESPINEL LA VÍCTIMA
En el 2015 fue denunciado cuando Manuela Espinel una joven que en ese entonces tenía 20 años aseguró que fue violada por el taxista que conducía un auto marca Chevrolet modelo «Spin» de la empresa «Premium»
El ataque se produjo a la salida de un bar de la zona de Colegiales. La chica declaró que en horas de la madrugada se subió al auto y que se quedó dormida en el asiento de atrás. Cuando se despertó, lo tenía al hombre encima de ella.
Ella intentó asustarla diciéndole que era VIH positiva, el taxista se colocó un preservativo, abusó de ella y la dejó abandonada en la esquina de Artigas y Arregui.
Manuela hizo la denuncia, la fiscalía pidió la detención del taxista, la cual fue avalada por el juez en lo criminal de instrucción N°2, Manuel Gorostiaga, pero cuando fueron a arrestarlo, ya se había fugado.