La Academia se impuso por 2 a 1 ante el Tatengue en el Cilindro. Más temprano, Estudiantes goleó 4-1 a Gimnasia en el clásico de La Plata y Banfield empató 1-1 con Talleres de Córdoba.
A pesar de la localía y de la necesidad de revertir la pálida imagen que había dejado ante Sarmiento de Junín, el duelo entre Racing y Unión comenzó con un claro dominio del Tatengue. El combinado del Kily González inició su compromiso con la misión de perderle el respeto al Primer Grande, y un cabezazo de Claudio Corvalán contra el travesaño defendido por Gabriel Arias paralizó los corazones de la Academia.
El sonido metálico hizo reaccionar a los de Gustavo Costas, dado que el elenco albiceleste llevó el duelo a la zona de Thiago Cardozo a través de la pelota parada. Los centros de Juanfer Quintero representaron una amenaza para la visita. Y el envío de Agustín Almendra para la llegada de Santiago Sosa confirmó el peligro. La mala salida del arquero y el notable sacrificio del ex River confirmaron la conquista que abrió el marcador. La esperanza de pelear el campeonato volvía al Cilindro de Avellaneda.
La gran producción del volante con pasado en Boca fue uno de los motivos de la superioridad de Racing. En otra clara ocasión, Almendra habilitó a Gabriel Rojas para que el lateral se incorpore al ataque y sorprenda con un violento disparo que rebotó contra el poste. La Academia merecía una ventaja más amplia antes del descanso. Incluso Maravilla Martínez desperdició un claro mano a mano ante Cardozo, luego de que Juanfer Quintero lo dejara solo frente al arquero. Una acción que fue merecedora de red, pero terminó en el rostro del golero rival.
En una tarde impensada, el ex delantero de Instituto falló tres ocasiones clara que pudieron liquidar el pleito. Y en el complemento, Unión se llevó puesto a Racing gracias a la vía aérea de Gonzalo Morales. Faltaba un cuarto de hora y la decepción parecía reinar en el Presidente Perón; pero los nervios se disiparon cuando Agustín Almendra volvió a poner a la Academia en ventaja. Una conquista que despertó el delirio local.
La patada criminal de Claudio Corvalán contra las costillas de Maravilla Martínez dejó al Tatengue en inferioridad numérica. Una expulsión merecida, por la violencia que tuvo el defensor contra el goleador. Y a pesar de haber quedado con 10 hombres, los del Kily seguían presionando en un espectáculo que culminó en un manojo de nervios. Si no se sufre, no se disfruta es un lema que marcó a la Academia durante muchísimos años. Y en la octava fecha del torneo doméstico no fue la excepción. Los de Gustavo Costas se quedaron con los tres puntos y una lección para el futuro: mejorar en todas sus líneas.
Fuente: Infobae