Una jueza procesó por un delito de agresión sexual con acceso carnal al futbolista brasileño Dani Alves, al concluir que hay indicios para enviarlo a juicio por violar a una joven, y le impuso una fianza de 150.000 euros para cubrir una eventual indemnización a la víctima.
En un auto de procesamiento al que tuvo acceso la agencia de noticias EFE, la titular del juzgado de instrucción número 15 de Barcelona, España dio por finalizada la investigación por la presunta violación, ocurrida el pasado 30 de diciembre en la discoteca Sutton de Barcelona, y citó a Alves el próximo miércoles para notificarle su procesamiento, paso previo a enviar el caso a juicio.
Como es preceptivo, la magistrada convocó al exjugador de Pumas de México, quien permanece detenido en prisión preventiva desde el 20 de enero pasado, para una declaración indagatoria; allí se le notificará al brasileño su procesamiento por un delito de agresión sexual con acceso carnal y le dará ocasión de alegar lo que considere oportuno antes de que el caso vaya a juicio.
En su escrito, la magistrada ratifica la situación de prisión provisional para el deportista de 40 años, y acuerda imponerle una fianza de 150.000 euros para cubrir una eventual indemnización a la víctima, con la advertencia de que si no la abona en un plazo de 24 horas procederá a embargar sus bienes en la cantidad suficiente para cubrirla.
Alves lleva medio año tras las rejas luego de ser detenido por los Mossos d»Esquadra por violar presuntamente a una joven de 23 años en el baño de un reservado de la disco Sutton.
Dani Alves está casado con Joana Sanz desde 2017 y aunque la modelo anunció el final del vínculo, lo visitó en la cárcel. Archivo.
Según detalla la jueza en su auto, debido a la agresión sexual, la víctima sufre un trastorno de estrés postraumático de intensidad «globalmente elevada».
En su escrito, sostiene que, de las diligencias practicadas en la instrucción, existen «indicios racionales suficientes» para «suponer» que Alves estuvo bailando con la víctima y que el futbolista, en dos ocasiones, le tomó una mano y se la puso en su pene, ante lo que la chica la retiró ambas veces.
Posteriormente, añade, desde la puerta que daba a un pequeño lavabo de uso exclusivo para la zona VIP, Alves llamó a la chica y, cuando la joven acudió, tiró con fuerza de ella, ante lo que la víctima le decía que se detuviera, que la dejara salir y que se quería ir.
Pese a ello, según la jueza, Alves no hizo caso, le subió el vestido, hizo que se sentase sobre él, le tomó la parte posterior de la cabeza y la tiró al suelo -lo que causó a la chica una herida en una rodilla-, para intentar que le practicara una felación, aunque no lo logró, lo que «enfureció» al futbolista.
Ante esta situación, según detalla la magistrada, el exjugador del Barcelona le pegó «varias bofetadas» en la cara a la víctima, la puso de espaldas contra el pequeño lavamanos, frotó su pene contra su cuerpo y finalmente la penetró «de manera violenta».
Tras finalizar la violación, según la jueza, la chica quiso salir del lavabo, aunque Alves no se lo permitió, de forma que el futbolista salió primero y luego ella. Cuando finalmente la chica logró salir, llegó a una mesa en la que estaba su prima, que la vio con «muy mala cara», momento en que le contó lo ocurrido.
Según subraya la magistrada, desde que salió del lavabo, Alves no se volvió a dirigir a la víctima en ningún momento y cuando el futbolista se fue de la discoteca junto a amigo y se cruzó con la joven, no le dirigió la palabra.
Durante la instrucción del caso, el brasileño ofreció ante la Justicia hasta cuatro versiones distintas de lo que sucedió esa noche. Tras su detención, el pasado mes de enero, mantuvo inicialmente que no conocía a la víctima, admitió después que coincidió con la joven en el baño de la disco sin que sucediera nada entre ellos y finalmente, cuando la jueza confrontó sus explicaciones con las pruebas biológicas, sostuvo que la chica le había practicado una felación, de forma consentida.
En abril, cuando ya se conocían lo resultados de las pruebas biológicas que hallaron restos de semen de Alves en las partes íntimas de la víctima, el futbolista volvió a declarar ante la instructora a petición propia.
En esa comparecencia, admitió por primera vez que había mantenido relaciones sexuales consentidas con la víctima por vía vaginal y adujo que en la primera ocasión había mentido para ocultar su infidelidad a su mujer.
Los vaivenes en su relato de los hechos, frente a la «persistencia» mostrada por la víctima en sus declaraciones, es uno de los argumentos que ha esgrimido la Justicia para rechazar su puesta en libertad provisional, como su defensa ha solicitado sin éxito en varias ocasiones tanto a la jueza instructora como a la Audiencia de Barcelona.
Fuente: Diario Popular