El domingo se publicó la noticia que la Justicia tenía en su poder material que probaba que Alberto Fernández golpeó a Fabiola Yañez en las épocas en que ambos convivían en la Quinta de Olivos. Fue el inicio de una ola que impactó contra el sistema político y nadie pudo mantenerse al margen. Sobre todo cuando se confirmó, el miércoles, que la ex primera dama decidió denunciarlo. Hablaron todos, pero Cristina Kirchner decidió mantener perfil bajo y evitar toda referencia al escándalo que involucra a quien ella eligió para que sea presidente de la Argentina.
La última vicepresidenta, dos veces primera magistrada y responsable de haber conformado con Alberto Fernández la fórmula del Frente de Todos en 2019 que lo catapultó a la jefatura del Estado, estuvo toda la semana en México, en una visita que realizó tras una invitación del movimiento MORENA, que fundó el actual jefe de Estado, Andrés Manuel López Obrador, y que continuará en el poder con la asunción de la sucesora, Claudia Sheinbaum.
En la ciudad capital de ese país dio una clase magistral el sábado pasado, se reunió con autoridades y dirigentes políticos y sociales -no hubo foto con AMLO- le pidió al dictador Nicolás Maduro que muestre las actas de votación, pero no condenó el fraude escandaloso cometido para perpetuarse en el poder, a sangre, fuego y muerte. Actividades que se dieron mientras en Buenos Aires se cocinaba el escándalo de la denuncia contra Alberto Fernández por pegarle a su pareja en Olivos.
“En unos minutos más parte el vuelo hacia la Argentina. Me llevo un cachito de México. Lo que tengo puesto es una blusa típica de la región de Tuxtepec del estado de Oaxaca. Fue confeccionada por un colectivo de artesanas de la región, donde todos los bordados son totalmente hechos a mano. Una de estas blusas tarda de 3 a 4 meses en hacerse. El compañero mexicano que me la obsequió el día que dimos la charla en el centro cultural, es de esa región”, es el último mensaje publicado ayer en Instagram por Cristina Kirchner.
Y amplió la descripción: “La cúpula que ves atrás mío es la del Museo Nacional de la Revolución. Gracias a todos y todas los militantes y dirigentes de MORENA, que nos hicieron sentir como en nuestra propia casa. Hasta pronto México lindo y querido”.
Es el último posteo en las redes sociales oficiales de Cristina Kirchner. No hay más actividad desde ayer por la mañana y su grupo de colaboradores más cercano tampoco hizo declaraciones. A México había viajado con Oscar Parrilli, la senadora nacional por Mendoza, Anabel Fernández Sagasti, la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, y la dirigente del Instituto Patria, Claudia Bernazza.
De todo ese grupo, la única que habló fue la jefa comunal y dirigente principal de La Cámpora: “Lo que le pasó a Fabiola es muy doloroso. Nadie puede amparar la violencia, como Cristina nunca amparó, ni ampara una situación de violencia como la que hoy se está conociendo. Pero bienvenido sea que ningún hombre tenga privilegios, sea presidente, dueño de una empresa, de un medio de comunicación o de lo que sea. Si ejerce violencia tiene que ser denunciado y repudiado por la sociedad”. Lo manifestó en una radio y lo publicó en su cuenta de Instagram.
Fue la única voz que se escuchó desde México. Estuvo cerca de Cristina Kirchner y es imposible que un tema de este tenor no haya sido abordado. Pero todavía lo que impera es el silencio. Cuando anoche se conocieron las fotos de Fabiola Yañez con rastros inequívocos de violencia física y se difundieron los chats donde Alberto Fernández se incrimina, uno de los dirigentes que conoce ese universo respondió a Infobae con tres palabras: “Es terrible todo”. Después, silencio.
Fuente: Infobae