Eran las 2:47 del 10 de agosto de 2023 cuando la policía de Surrey, en el sureste de Inglaterra, recibió una llamada desde el aeropuerto de Islamabad, Pakistán. “Maté a mi hija”, confesó un hombre. “No quise matarla, pero la golpeé demasiado. Soy un padre cruel”, agregó. La víctima era la pequeña Sara Sharif, una nena anglopakistaní de 10 años, y el asesino, su papá, Urfan Sharif, de 42 años. El miércoles pasado el hombre fue declarado culpable de asesinato por un tribunal de Reino Unido junto a su pareja, Beinash Batool, de 30 años.
Además, el tío de Sara, Faisal Malik, de 29 años, hermano del padre de la pequeña, fue declarado culpable de haber “causado o hecho posible su muerte” por el Tribunal Penal Central de Inglaterra y Gales.
Los tres se declararon inocentes durante el juicio del caso que horrorizó al Reino Unido y que reveló la violencia sufrida por Sara. La sentencia y las penas para los tres se conocerán este martes.
Cómo encontraron el cuerpo de Sara
Tras la llamada de Sharif, la policía acudió al domicilio familiar, en Woking, a unos 45 kilómetros al suroeste de Londres. En una habitación en lo alto de las escaleras, los agentes encontraron el cuerpo de Sara, en la cucheta de abajo de una cama marinera, debajo de las sábanas.
Junto a la almohada había una nota escrita a mano por Sharif, en la que decía que había golpeado y matado a su hija. “Perdí la cabeza”, escribió el hombre, que había huido a Pakistán junto a su pareja y sus otros cinco hijos, según la BBC.
La autopsia mostró que la niña sufrió “numerosas lesiones” durante un largo periodo. Su cuerpo estaba cubierto de hematomas, marcas de mordeduras y 25 fracturas, que un médico sólo pudo explicar por golpes violentos y repetidos. Hasta había sido quemada con una plancha.
El cuerpo de la niña también mostraba 70 marcas de golpes o heridas. Una búsqueda en la casa y el jardín reveló, entre otras cosas, capuchas caseras hechas con bolsas de plástico y cinta adhesiva, así como un bate de cricket con la sangre de Sara.
Cuando fue interrogado durante el juicio, el padre, taxista de profesión, admitió haber causado la muerte a su hija, después de negar inicialmente todos los cargos y culpar a su pareja.
Sharif también admitió haber causado múltiples fracturas en las semanas previas a la muerte de Sara, utilizando un bate de cricket contra ella, aunque negó tener la intención de matarla.
Los mensajes en los que la madrastra de Sara confesaba los malos tratos
En diciembre de 2020, la madrastra de Sara, Beinash Batool envió a una de sus hermanas, Qandeela Saboohi, algunas fotografías de la nena con graves hematomas en los brazos y la cara. Durante los dos años siguientes, envió frecuentes mensajes a sus hermanas acerca de que Sharif “golpeaba a Sara”, dejándola “cubierta de moretones” y sin poder caminar. Ella alegó que una noche, Sharif mantuvo a Sara despierta toda la noche haciendo abdominales.
En un mensaje, dijo que tuvo que presionar a Sharif para que salvara a Sara. Ni Batool ni sus hermanas llamaron a la policía ni a los servicios sociales.
Los tres sospechosos se fugaron a Pakistán el día anterior al descubrimiento del cuerpo, lo que condujo a una búsqueda internacional. Finalmente, tras un mes de reflexión, decidieron regresar a Reino Unido en septiembre de 2023, donde fueron detenidos e inculpados.
Los padres de Sara Sharif se habían separado en 2015, y la pequeña vivía al principio con su madre, la inmigrante polaca Olga Domin, hasta que la justicia decidió en 2019 que debían vivir con su progenitor.
El juicio puso de relieve el fracaso de los servicios sociales en el caso de la niña, cuya custodia fue arrebatada a su madre y entregada a su padre, que no detectaron la violencia que sufrió pese a avisos de su colegio.
Vecinos describieron a la familia como una “pesadilla” y contaron al tribunal que escucharon ruidos de golpes y gritos histéricos, aunque ninguno alertó a la policía.
durante el juicio, Sara fue recordada por una de sus maestras como una persona “vivaz, atrevida y alegre”, cuyo refugio de felicidad era estar en el escenario. A Sara le encantaba tocar la guitarra y soñaba con estar en el programa de talentos británico “X Factor”. Su color favorito era el rosa y su comida favorita era el pollo biryani .
Fuente: TN