Cuando el presidente electo Javier Milei anunció que el año próximo no habría fondos para la obra pública y estaba dispuesto a hacer recortes hasta paralizarlas, hubo diversos movimientos y opiniones sobre el tema. Uno de ellos fue poner en valor el modelo que Chile posee para la realización de obras públicas debido a que sería uno de los horizontes a imitar por parte del libertario. Pero, ¿cómo funciona este sistema? ¿Es transpolable a la Argentina? ¿Qué pone el Estado en Chile y qué los privados?
Frente a estas preguntas, MDZ consultó a diversos especialistas en el tema que conocen la realidad chilena, así como el sistema que allí se ha implementado. En primer lugar, hay que decir que la llamada Participación Público-Privada (PPP) para la realización de obras de infraestructura tiene diversas modalidades. En segunda instancia, no son menores las diferencias que hay entre Chile y Argentina, no solo a nivel económico y cultural sino también geográfico.
Tal vez una de las claves para destacar en el país vecino sea la existencia de una ley nacional que regula ese método para la obra pública. De este modo, en 1993 se sancionó una ley específica para este tema, que fue modificada en 2010 bajo la presidencia de Michelle Bachelet. Aquí se explicita lo que se puede, lo que no, los tipos de obras admitidas, las posibilidades, tanto de financiamiento, devolución o retorno de la inversión.
Fuente: MDZ