La pretemporada de la NBA arrancó el pasado viernes con el enfrentamiento entre los Boston Celtics y los Denver Nuggets, pero uno de los momentos más destacados de esta etapa preparatoria tuvo lugar el domingo, cuando Los Angeles Lakers se midieron ante los Phoenix Suns. El Acrisure Arena de Thousand Palms, California, fue testigo de un hito especial: LeBron James y su hijo Bronny compartieron minutos en la cancha durante el partido, que terminó con la victoria de los Suns por 118 a 114.
El veterano jugador, de 39 años, y Bronny, que celebraba su cumpleaños número 20, se encontraron en un costado de la cancha en el segundo cuarto, cumpliendo así un sueño que LeBron había anhelado durante mucho tiempo. Como era de esperar, el número 23 se destacó en el encuentro, aportando 19 puntos con un 66.7% en lanzamientos de campo. Por su parte, Bronny no logró anotar en los 13 minutos que estuvo en el parqué, fallando su único intento de triple.
J.J. Redick, entrenador de los Lakers, había expresado su entusiasmo antes del encuentro: «Me siento muy honrado de poder formar parte de la historia». Tras el partido, LeBron compartió sus impresiones, describiendo la experiencia como «algo parecido a Matrix, no parece real». Este fue un momento histórico, ya que fue la primera vez que un dúo de padre e hijo compartió cancha en un partido de la NBA. Anteriormente, Ken Griffey Sr. y Ken Griffey Jr. lo habían logrado en los años 90 con los Seattle Mariners en la MLB, y en la NHL, Gordie Howe jugó junto a sus hijos Marty y Mark a finales de los 70.
Los Lakers están atravesando una temporada de grandes cambios, no solo en la cancha, sino también en su cuerpo técnico, con la llegada de J.J. Redick como entrenador en jefe. Además, el equipo contará con jóvenes talentos como Bronny James Jr., Knetch y Christie para afrontar la temporada 2024/25.