Mendocinos y turistas esperan con ansias el comienzo de la temporada invernal para disfrutar de la nieve. La ilusión de lograr la emblemática postal blanca se basa en los pronósticos estacionales que indican mayores probabilidades de tener precipitaciones normales o por encima de estos índices en buena parte de Cuyo.
Sin embargo, también prevén temperaturas superiores a las habituales, por lo que los acumulados no perdurarían, algo que terminaría afectando a los centros de esquí que aún no definieron la fecha de apertura. El evento de El Niño, que impacta en el régimen de precipitaciones, se ubica como única esperanza en Mendoza.
En cuanto a las temperaturas, afirmó que, pensando en la nieve, esto influye de forma negativa. “En el caso de eventos de nevadas que se registren con varios días de diferencia, da la posibilidad de que lanieve acumulada se derrita rápidamente”.
Rivera recordó que las nevadas registradas en el mes de mayo resultaron auspiciosos para los centros de esquí, pero ese manto blanco ya casi desapareció.
El último Boletín de Información Hidronivometeorológica publicado por el Departamento General de Irrigación confirma ese dato, o, al mostrar para la estación nivométrica Horcones un déficit en el acumulado níveo actual (línea roja) casi nulo, el cual debería estar, según el promedio histórico (línea punteada negra), alrededor de los 100 mm de marcha diaria de equivalente de agua en nieve (EAN).
El Pronóstico Trimestral del Servicio Meteorológico Nacional para junio, julio y agosto publicado a inicios de este mes destaca que existe altas probabilidades de ocurrencia de precipitaciones “normal o superior a la normal” sobre el sur del Litoral, oeste de Buenos Aires, La Pampa, sur de Cuyo y este de Patagonia.
Además de posibilidad de que los índices térmicos sean “superiores a la normal sobre el litoral, este de Buenos Aires, región del NOA y Cuyo”.
Cindy Fernández, del Servicio Meteorológico Nacional, coincidió en que “si bien es posible que haya mayor cantidad de eventos de nieve, no es probable que con este panorama perdure. La acumulación estaría restringida a las cotas más altas”, dijo.
La incidencia del fenómeno de El Niño
El fenómeno climático El Niño llegó de nuevo a Estados Unidos, según anunció la semana pasada el centro de predicción de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés) del país. Lo mismo que había sido también anunciado en Australia.
En función de su intensidad, El Niño puede provocar diversos efectos, como el aumento del riesgo de lluvias torrenciales y sequías en determinados lugares del mundo.
Pese a esto, de acuerdo con el SMN, el estado actual del fenómeno El Niño/Oscilación del Sur (ENOS) corresponde a una transición a una fase Niño.
“De acuerdo a los modelos dinámicos y estadísticos, en promedio, en el trimestre junio-julio-agosto 2023, hay 93% de probabilidad de desarrollo de una fase Niño”, destaca el informe actualizado el lunes sobre el índice El Niño.
Más de una década de sequía
Desde el año 2010, los inviernos fueron mayoritariamente deficitarios, con lo cual, una temporada de nevadas normales o por encima de lo normal no sería suficiente para revertir el déficit acumulado a lo largo del tiempo, según la visión del especialista del Conicet.
El Observatorio de Nieve de los Andes de Argentina y Chile muestran actualmente una cobertura de nieve por debajo del promedio para la época en casi todas las cuencas de la provincia.
“Cabe destacar que la cobertura no es indicador de la profundidad de nieve, con lo cual a partir de esta estimación no es posible determinar un volumen de agua asociado”, concluyó Rivera.