Dormir con un perro en la cama puede ser una experiencia reconfortante. Para muchos tutores, la presencia de su mascota ofrece una sensación de compañía y seguridad que contribuye a un sueño más tranquilo. Los caninos, por su parte, disfrutan de la proximidad y el calor que brinda estar cerca de las personas con las que comparten un lazo afectivo, lo que refuerza el vínculo emocional y les proporciona protección y calma durante la noche.
Sin embargo, esta práctica también tiene aspectos a considerar, como la necesidad de mantener un ambiente de descanso adecuado tanto para el perro como para el humano. Las consideraciones de higiene, el tamaño del canino y las preferencias personales juegan un papel importante en decidir si compartir la cama es la opción correcta. En general, dormir con una mascota puede fortalecer la relación entre ambos, siempre y cuando se tomen en cuenta estos factores para asegurar el bienestar de todos.
¿Por qué mi perro duerme a mi lado?
Las razones pueden ser varias, pero principalmente se debe al cariño que sienten hacia sus tutores. El médico veterinario Juan Enrique Romero comentó en una nota en Infobae que, “cuando un perro o un gato duermen con sus dueños, experimentan un aumento de neurotransmisores cerebrales como la dopamina o la oxitocina, que son las llamadas ‘hormonas del bienestar o del amor’. Este es un aporte emocional con gran impacto beneficioso para su salud física”.
Más allá de esto, existe una razón biológica instintiva. Los perros suelen dormir agrupados en sus manadas para mantenerse cálidos y protegidos durante la noche. Esa misma calidez y seguridad es la que busca al recostarse al lado de su tutor.
¿Es bueno que mi perro duerma en mi cama?
Existen razones, tanto a favor como en contra, que dependen, en última instancia, del tipo de cuidado que se le brinda a los perros, el vínculo que se comparte con ellos y las preferencias personales.
Desde la organización estadounidense sin fines de lucro AARP enumeraron varios motivos por los cuales compartir (o no) la cama con las mascotas. Por un lado, se encuentran las razones que tienen que ver con la salud. Al subir y bajar de la cama, los animales pueden lastimarse y con la edad les puede ser más difícil. Además, se corre el riesgo de contagiarse o sufrir picaduras de parásitos como las pulgas y las garrapatas. También la suciedad y los gérmenes que puedan quedar atrapados en el pelaje del canino puede significar una amenaza para el organismo.
Sin embargo, sí existen beneficios de realizar “colecho” con los perros. El dormir con un animal de compañía puede brindar una sensación de seguridad y confort. “Las mascotas suelen tener un olfato y un oído muy agudos. Tener a tu mascota a tu lado puede brindar más seguridad a las personas mayores con problemas de audición, ya que una mascota puede ladrar o ponerse inquieta si escucha sonidos inusuales en la casa o huele algo inusual”, comentó el médico veterinario George Melillo en el artículo de AARP.
La interacción con los animales pueden ayudar a disminuir la sensación de depresión al brindar compañía y generar una producción de oxitocina que reduce la secreción de cortisol, la hormona del estrés. Esto también sucede en los perros, por lo que el bienestar que se brinda es mutuo. Por otro lado, el calor corporal compartido entre mascota y humano puede ser beneficioso para ambos durante los meses más fríos.
¿Cómo puedo hacerle saber a mi perro que lo quiero?
Si bien muchas personas tienden a abrazar a sus perros para demostrarles afecto, ya que es algo común entre humanos, un estudio mostró que en realidad los caninos exhiben signos de ansiedad y estrés durante esas interacciones. Es importante saber reconocer el lenguaje corporal del animal, ya que puede no sentirse cómodo con ese tipo de muestra de cariño.
Existen otras formas de demostrar amor que se adaptan a los hábitos de la comunicación canina. Desde el American Kennel Club explican que la comida puede ser la protagonista de las interacciones positivas con los perros. Se debe encontrar aquel alimento que sea el mejor para su salud y que le genere un entusiasmo a la hora de consumirlo.
La interacción con el mundo exterior es sumamente importante para su bienestar. No solamente con paseos rutinarios, sino también con visitas a parques, viajes en auto, juegos que estimulen sus sentidos, y la sociabilización con otros perros.
Evitar realizar despedidas emotivas es una buena manera de cuidar a las mascotas, ya que el exceso de afecto al momento de partir puede alimentar la ansiedad por separación. Los grandes saludos al irse son una conducta humana que no se traduce de manera correcta en las interacciones con caninos.
Si bien estas pautas son generales y aplican a la mayoría de los perros, se debe conocer a la mascota en profundidad para determinar la mejor manera de demostrarle afecto, ya que todos los animales tienen una personalidad distinta.
¿Qué significa que mi perro se eche a mis pies?
Los perros se echan a los pies de sus tutores por una variedad de razones relacionadas con su comportamiento instintivo y su vínculo emocional con las personas. Este gesto puede ser una manifestación de lealtad y afecto, ya que al situarse cerca de los pies de su tutor el canino muestra su deseo de proximidad y su confianza en la figura humana.
Además, para los perros, este comportamiento puede ofrecerles una sensación de seguridad, ya que están en contacto con un ser querido y en un lugar que consideran seguro. En términos instintivos, acostarse cerca de sus tutores también puede ser una forma de establecer un lazo y de mostrar que desean cuidarlos.
¿Qué significa que mi perro me acompañe al baño?
El Dr. Romero explica que esta conducta se debe al tipo de relación que mantiene el perro con cada persona. “La mayoría de los animales elige al individuo favorito, inclinándose a seguir a quien más satisface sus demandas. Su fidelidad en general recae en aquel que los pasea, les da de comer o juega más con ellos. Seguir es su mejor manera de decir que quiere pasar el tiempo junto a quien sigue y que no le importa absolutamente la indiferencia para con él”, comentó.
Sin embargo, si el comportamiento es intenso y reiterativo, el canino podría sufrir de ansiedad o estrés al estar lejos de sus tutores. Ante esto se debe consultar a un médico veterinario para que aconseje la mejor manera de abordar la problemática.
Fuente: Infobae