Kalel Langford tenía 14 años cuando encontró un diamante en un parque estatal de Arkansas, Estados Unidos, y su vida cambió por completo.
Después de pagar 10 dólares la entrada del Crater de Diamantes en 2017, Kalel comenzó a recorrer el lugar junto a su familia, hasta que minutos después notó una brillante piedra cerca de la orilla de una corriente de agua.
Expertos aseguraron que el diamante era de 7,44 quilates. (Foto: AP)
Al visualizarla se acercó, y entre un montón de rocas del mismo tamaño, encontró una de color café, con una apariencia helada y la forma de un cometa.
Tras el hallazgo, la familia Langford la llevó al Diamond Discovery Center, un lugar específico para la identificación de gemas dentro del parque y los expertos le confirmaron que se trataba de un diamante de 7,44 quilates, con un valor estimado de un millón de dólares en ese momento.
En este parque mencionado existe una regla clara: «el que lo ve, se lo queda». Se refiere, claro a las piedras preciosas que los visitantes puedan encontrar. Algo no tan sencillo, pero que a veces ocurre.
Waymon Cox, vocero del parque, comentó: «Las condiciones eran ideales para que Kalel encontrara su diamante. Había caído una gran lluvia en el área de búsqueda arada durante la semana. Una lluvia fuerte puede llevar a los diamantes más grandes cerca de la superficie».
Kalel decidió nombrar Superman a su diamante porque es un gran fan del superhéroe y porque su nombre es muy parecido al nombre kriptoniano (Kal-el) de Clark Kent.
Fuente: TN