La sala de cuidados intensivos cardíacos es un lugar donde cada segundo cuenta, donde las decisiones médicas deben tomarse con precisión quirúrgica. En estos entornos de alta presión, un nuevo y preocupante hallazgo ha salido a la luz: los pacientes que han consumido drogas recientemente enfrentan un riesgo significativamente mayor de sufrir eventos cardiovasculares graves, incluyendo accidentes cerebrovasculares (ACV), en comparación con aquellos que no las han consumido. Este descubrimiento, presentado en el Congreso ESC 2024 en Londres, Reino Unido, pone de manifiesto una realidad alarmante que hasta ahora no había sido suficientemente considerada en el ámbito clínico.
Un estudio realizado por un equipo de investigadores del Hospital Lariboisière en París, Francia, y liderado por el Dr. Raphael Mirailles, revela que un 11% de los pacientes admitidos en unidades de cuidados intensivos cardíacos (ICCU) dieron positivo por uso reciente de drogas recreativas como cannabis, heroína, opioides, cocaína, anfetaminas y MDMA.
La investigación, que incluyó a 1.499 pacientes ingresados en abril de 2021 en 39 centros de Francia, tenía como objetivo evaluar el impacto pronóstico del uso de drogas recreativas a lo largo de un seguimiento de un año.
Los resultados fueron reveladores: 157 de los 1.392 pacientes con seguimiento completo dieron positivo por alguna de estas sustancias. Entre los más comunes, se encontró el cannabis en un 9.8% de los casos, seguido por la heroína y otros opioides en un 2.3%, la cocaína en un 1.7%, y tanto las anfetaminas como el MDMA en un 0.6% cada uno. Alarmantemente, más de una cuarta parte de estos pacientes (28.7%) dieron positivo por dos o más drogas.
El riesgo triplicado de eventos cardiovasculares graves
El hallazgo más preocupante del estudio fue la constatación de que el uso reciente de drogas recreativas se asocia con un riesgo tres veces mayor de sufrir un evento cardiovascular grave dentro del primer año después del alta hospitalaria. Este riesgo incluye eventos tan serios como la muerte cardiovascular, el infarto de miocardio no fatal (IM) y el ACV. De los pacientes que dieron positivo por consumo de drogas, un 13% experimentó un evento cardiovascular grave, en comparación con un 6% de aquellos que no utilizaron estas sustancias.
El riesgo continuó siendo significativo incluso después de ajustar los datos por múltiples factores de riesgo tradicionales, como la edad, el sexo, la diabetes, el tabaquismo, y antecedentes de enfermedad cardiovascular. Esta independencia estadística subraya la gravedad del impacto del consumo de drogas en la salud cardiovascular, independientemente de otros factores de riesgo conocidos.
Dentro del seguimiento de un año, 94 pacientes (7%) experimentaron un evento cardiovascular grave. Esto incluyó 64 muertes cardiovasculares, 55 entre los no consumidores de drogas y 9 entre los usuarios de drogas recreativas. También se registraron 24 infartos de miocardio no fatales, de los cuales 8 ocurrieron en consumidores de drogas y 16 en no consumidores. En cuanto al ACV, se documentaron 10 casos, 3 entre los consumidores y 7 entre los no consumidores.
El tipo de droga consumida también mostró diferentes niveles de riesgo. El MDMA estuvo asociado con un aumento de 4.1 veces en el riesgo de eventos cardiovasculares graves, mientras que la heroína y otros opioides incrementaron el riesgo 3.6 veces. Por su parte, el cannabis elevó el riesgo en 1.8 veces, un resultado también significativo, aunque menor en comparación con otras sustancias.
Cómo se podría mejorar la estratificación del riesgo
Ante estos resultados, el Dr. Mirailles y su equipo sugieren que se considere la implementación de pruebas sistemáticas para detectar el consumo de drogas recreativas en todos los pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos cardíacos. Según el Dr. Mirailles, “la alta prevalencia del consumo de drogas recreativas y su clara asociación con un peor pronóstico cardiovascular subrayan la necesidad de mejorar la estratificación del riesgo en estos pacientes”. Añadió que la detección sistemática podría no solo ayudar a identificar a los pacientes en mayor riesgo, sino también permitir una atención más personalizada, orientada a promover la abstinencia de estas sustancias y mejorar los resultados a largo plazo.
Actualmente, las directrices clínicas no recomiendan de manera rutinaria la detección del consumo de drogas recreativas en pacientes cardiológicos, a pesar de la creciente evidencia que respalda su impacto negativo. Este estudio, sin embargo, podría impulsar un cambio en estas recomendaciones, destacando la importancia de abordar el consumo de drogas como un componente integral del manejo del riesgo cardiovascular.
Un problema adicional que enfrentan los médicos es la subnotificación del consumo de drogas por parte de los pacientes. Muchos evitan revelar su uso de sustancias recreativas debido al estigma asociado o por temor a repercusiones legales o personales. Este factor complica aún más la evaluación del riesgo y el manejo adecuado de estos pacientes. La implementación de pruebas sistemáticas podría, en parte, superar este obstáculo, proporcionando una herramienta objetiva para la identificación de aquellos en mayor riesgo.
Este estudio pone en evidencia una relación preocupante entre el consumo de drogas recreativas y el aumento del riesgo de eventos cardiovasculares graves, incluyendo el ACV, en pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos cardíacos. La detección temprana y el manejo adecuado de estos pacientes podría representar un avance significativo en la reducción de riesgos y en la mejora de los resultados clínicos a largo plazo. Con la creciente carga de enfermedades cardiovasculares a nivel global, este tipo de investigaciones y sus implicaciones podrían tener un impacto crucial en la práctica clínica y en la salud pública.
Fuente: Infobae