Un video de la cámara de seguridad del ascensor del hotel donde se alojaron los jugadores de la selección francesa de rugby, muestra la imagen de Hugo Araudou y la mujer denunciante tras conocerse en una discoteca el 7 de julio último. Segundos antes de dejar el ascensor, Araudou y la mujer de 40 años se besan. En la habitación se encontraba el segundo acusado, Oscar Jégou.
Hoy, ambos jugadores están de vuelta en Francia, a donde volvieron a comienzos de este mes, luego de ser arrestados por el área de Interpol de la Policía Federal en un hotel porteño, trasladados en un convoy policial a una jaula mendocina. La defensa de Jégou y Araudou, a cargo del abogado Rafael Cúneo Libarona, se encamina a pedir el sobreseimiento definitivo.
En su texto, los peritos oficiales marcaron:
“Presenta un relato lineal y estructurado en contraposición a uno espontáneo y fluido, rígido en cuanto a la cronología de los hechos y que resulta deficitario en cuanto a la construcción lógica del mismo, cuyos detalles no se articulan en forma coherente como un todo”, según el escrito al que también accedió Infobae. Así, se descubrieron “elementos compatibles con exageración y acomodación de la información que aporta, detectándose contenidos contradictorios e inconsistentes”.
Lo que sigue es aún más enfático: “Detectamos una tendencia a acomodar la información que brinda enfatizando aquellos aspectos que puedan favorecer su versión sobre los hechos y siendo evitativa acerca de aquellos datos que pueden comprometerla y que claramente van en una dirección contraria a sus fallidos intentos de instituirse en el lugar de víctima”.
Se encontraron diez hematomas en el cuerpo de la víctima en un análisis forense tras el supuesto ataque sexual. De acuerdo a fuentes del caso, la presencia de esos hematomas se debería que la mujer vive con el síndrome de Von Wildebrand, que impide una eficaz coagulación de la sangre, algo que fue alertado por su odontóloga semanas después de la denuncia.
El abogado Cúneo Libarona afirmaba la semana pasada: “Ahora contamos con la última prueba que da cuenta que la denunciante finge situaciones irreales. Lo que resuelta peor es que manipula la información de acuerdo al Cuerpo Médico Forense. Solo resta el sobreseimiento de mis defendidos para demostrarle a la sociedad que esto fue una mentira organizada que podría haber terminado en una brutal injusticia de 20 años de prisión”.