El presidente de Rusia, Vladimir Putin, afirmó este lunes que se sabe que el atentado perpetrado el pasado viernes en la sala de conciertos Crocus City Hall en Moscú fue perpetrado por el Estado Islámico (EI), pero al Kremlin le interesa saber quién lo ordenó.
«Sabemos por manos de quién se cometió esta atrocidad contra Rusia y su pueblo. Nos interesa saber quién lo ordenó», declaró, agregando que hay que «obtener respuestas a una serie de preguntas».
Según el presidente, se trata de una «acción intimidatoria». «La pregunta que surge de inmediato: ¿A quién beneficia esto? Esta atrocidad puede ser solo un eslabón de toda una serie de intentos de quienes, desde 2014, están en guerra contra nuestro país con manos del régimen neonazi de Kiev», señaló Putin.
Además, en referencia a la guerra, indicó que ya «no se discute» sobre el hecho de que la contraofensiva ucraniana fracasó.
Asimismo, Putin señaló que los autores intelectuales del atentado querían «sembrar el pánico y la discordia» en la sociedad rusa, pero «se encontraron con unidad y determinación para hacer frente a este mal». «Nuestra sociedad dio ejemplo de verdadera solidaridad, cohesión y apoyo mutuo en estos tiempos difíciles», aseveró.
Un atentado salvaje
Los cuatro autores del atentado con prisión preventiva
La Justicia de Rusia dictó este domingo la prisión preventiva por dos meses para cuatro sospechosos de perpetrar el atentado en la popular sala de conciertos Crocus City Hall de Moscú, que dejó el viernes al menos 137 muertos.
Los cuatro hombres fueron imputados con cargos de terrorismo y pueden afrontar una cadena perpetua, informó la agencia rusa TASS.
Los primeros en presentarse ante el juez fueron dos varones identificados como Saidakrami Rachabalizoda y Dalerdzhon Mirzoev.
Durante la audiencia, Mirzoev. de 32 años, dijo que es ciudadano de Tayikistán y que tiene cuatro hijos menores.
El acusado, que reconoció plenamente su culpa, vivía en la región de Moscú con documentos de residencia caducados hace tres meses. Y no tenía antecedentes penales, señalan los medios rusos.
Rachabalizoda, de 30 años, también admitió su culpa. El acusado está casado, tiene un hijo y no cuenta con antecedentes penales. Está desempleado y aseguró durante la audiencia que no recuerda dónde está registrado en Rusia.
Ambos terroristas se comunicaron con los miembros del tribunal mediante un intérprete.
Los otros dos sospechosos del ataque terrorista que fueron llevados este domingo al tribunal de Basmanni de Moscú tras su detención el sábado en la región rusa de Briansk son Fariduni Shamsudin y Muhammadsobir Faizov.
Faizov, de 19 años, vestía una bata blanca y estaba acompañado por dos médicos al ser llevado a la corte desde un hospital, donde ingresó tras resultar herido durante su detención.
Shamsudin dijo al juez que trabajaba en una fábrica en la región de Moscú y que tiene un hijo de ocho meses.